El techo de cristal es más robusto de lo que parece. Diríase incluso que está hecho de puro acero, a tenor de los últimos datos publicados por LinkedIn. El acceso de la mujer a puestos de liderazgo se ha estancado, incluso en industrias donde la representación femenina es relativamente alta. De media, tan solo el 32% de los roles de liderazgo están ocupados por mujeres en todo el mundo, lo que indica la brecha persistente en la paridad de género en el liderazgo. ¿El problema? Que esta representatividad solo ha subido un punto desde 2016.

Pero ese estancamiento no acaba aquí, ya que los datos de LinkedIn también demuestran que la proporción de mujeres en puestos de liderazgo disminuye a medida que subimos en grado de responsabilidad. Por eso, se produce un ‘efecto embudo’ cuando las mujeres llegan a puestos intermedios: en puestos de ‘manager’, las mujeres representan el 35% del total e, incluso, en puestos de dirección de área ese porcentaje llega al 37%; sin embargo, cuando hablamos de C-Suite su presencia cae en picado, hasta el 25%, tal y como se puede apreciar en la siguiente tabla.

Estos hallazgos destacan la urgente necesidad de abordar las barreras que continúan impidiendo el avance de las mujeres, especialmente durante las primeras etapas de su carrera. Por eso, resulta indispensable crear entornos más inclusivos y equitativos que promuevan la igualdad de diversidad y género en las posiciones de liderazgo. Sobre todo, porque siguen persistiendo demasiados sectores en los que hay una desproporción abismal entre la presencia femenina total y en puestos de liderazgo. Por ejemplo, mientras que las mujeres representan casi el 46% de la fuerza laboral en la industria de servicios administrativos, solo ocupan el 35% de los puestos de liderazgo en todo el mundo.
Sin embargo, la magnitud de la brecha varía entre las industrias. «En sectores como la atención médica, la representación de las mujeres en el liderazgo es más alta que en otras industrias, pero aún está lejos de la representación general de las mujeres. Por el contrario, en los campos dominados por hombres, como la tecnología y las finanzas, la representación de las mujeres es relativamente baja tanto en general como en roles de liderazgo», explican desde LinkedIn. Es decir, que se evidencia que siguen existiendo áreas del mercado laboral de las que la mujer no puede o ni se plantea formar parte.
Un buen ejemplo de esto último siguen siendo las carreras STEM. La investigación de LinkedIn, que analiza millones de perfiles, muestra una brecha de género significativa tanto en la tasa de adquisición de habilidades STEM como en el empleo STEM. Los datos también muestran que la mayor expansión en la brecha de género se produce entre obtener un título STEM y trabajar en STEM un año después de la graduación. Durante este plazo, la brecha de género en STEM se amplía en diez puntos porcentuales.